EL PATITO FEO

 

En una hermosa mañana de verano del año 2000, los huevos que habían empollado , empezaban a romperse, uno a uno. Los patitos fueron saliendo poquito a poco, llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan contentos que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el mas grande de todos, aún permanecía intacto. Todos, incluso los patitos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, a ver cuando se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y luego se pudo ver el pico, luego el cuerpo, y las patas del sonriente pato. Era el mas grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los demás.. Y cómo era diferente, todos empezaron a llamarle el  Patito Feo.
La mamá Pata, avergonzada por haber tenido un patito tan feo, le apartó con el ala mientras daba atención a los otros patitos. El patito feo empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Y a medida que pasaba mas tiempo, se daba cuenta de que él no le queria, y tenía que soportar las burlas de todos. Entonces, en la mañana siguiente, muy temprano, el patito decidió irse de la granja. Triste y solo, el patito siguió un camino por el bosque hasta llegar a otra granja. Allí, una vieja granjera  le recogió, le dio de comer y beber, y el patito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de algunos días, él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería engordarle para transformarlo en un segundo plato. El patito salió corriendo como pudo de allí.

El invierno había llegado. Y con el, el frío, el hambre, y la persecución de los cazadores para el patito feo. Lo pasó muy
mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Los días pasaron a ser mas calurosos y llenos de colores. Y el patito empezó a animarse otra vez. Un día, despues de  ochos años  de nacer,  al pasar por un estanque, vio que su carrera terminaba. Eran elegantes, delicados, y se movían como verdaderas bailarinas, por el agua. El patito, aún acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellos y les dio el relevo para acabar con su gobierno para siempre.
Y uno de los cisnes le contestó:
- Pues, ¡claro que sí! TU ya has causado bastante dolor.
 Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de vosotros.
Y ellos le dijeron:
- Entonces, mira tu reflejo en el agua del estanque y verás cómo no te engañamos.
El patito se miró y lo que vio le dejó sin habla. ¡Había crecido y se transformado en un precioso cisne! Y en este momento, él supo que jamás había volverìa a hacer lo mismo. Él no era un pato sino un cisne. Y así, el nuevo cisne se unió a los demás y vivió feliz para siempre dejando de hacer guerras por su cuenta.

FIN 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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